Don VICENTE FITTIPALDI (1879-1951 )

Historia de Vicente Fittipaldi,  en un bellisimo y completo relato  de su nieta, la escritora y artista plástica  Diana Napolitano.
Gracias Diana por compartirlo con nuestra comunidad sanlorenzana


Don VICENTE FITTIPALDI (1879-1951 )

Vicente Fittipaldi, nació en San Lorenzo  Bellizi,  Provincia de Cosenza, en la Región de Calabria, Italia, el 21 de mayo de 1879,  Hijo de Giuseppe Fittipaldi y Rosa Vito.  Su lugar natal es un pequeño pueblo en la montaña, que aun hoy continúa con las mismas casas y respetando sus antiguas costumbres.

Emigra a Buenos Aires con su esposa María Petella en 1901,instalándose en Chivilcoy, Provincia de Buenos Aires.

Tuvo 4 hijos: Salvador, Rosa, José y Antonia, que al nacer perdió a su madre, quedando Vicente viudo y con cuatro hijos pequeños.

En 1909, conoce en Chivilcoy a Catalina Terraza una española de 17 años y se casa con ella, teniendo cuatro hijos mas: Catalina, Roberto y los mellizos Enrique y Eduardo. Criando Catalina a los ocho hijos, con el mismo amor!

La vida era difícil, pero Vicente puso toda su capacidad y fuerza, dedicándose a la venta de verduras y frutas, ayudado por sus hijos, que aunque pequeños aprendieron a colaborar en todo.

Su hija Catalina, (mi madre) recordaba que trabajaban todos acomodando las frutas y verduras y haciendo chorizos y morcillas. Criaban patos y gallinas. Ella recordaba que para las fiestas todos los hijos preparaban castañas en un fuego, en la calle y las vendían.

En 1923, con una visión , viene a la Capital y funda “Empresa Autobús Fittipaldi”, que llegó a tener 18 coches.

  Cuando abuelo Vicente quebró fue porque tuvo que bajar el boleto de 10 centavos a 5 centavos.

Cesando el servicio en 1926 , vuelve a Chivilcoy, pero sigue pensando en una empresa de colectivos…

Decían en ese tiempo que Don Vicente le puso tacos de goma al tránsito porteño.

En 1930 vuelve a la Capital Federal con toda la familia y comienza con seis coches con el nombre de Autobús Argentina.

Mi abuelo  decía que el gaucho debe volver siempre donde perdió el poncho, a buscarlo. Y el, a pesar de su acento italiano, era un verdadero gaucho,  y  hasta usaba un poncho sobre el traje!

Llegó a tener 61 coches en el garage de Villa Devoto y trabajaron 460 personas, hasta que en 1944  la Corporación de transportes compra su empresa

También recuerdo que tenía una línea de omnibus que iba a  Mar del Plata, el Expreso Atlantico Mar del Plata que luego vendió a Manuel Tienda León  y además recuerdo que los domingos, cargaba a los hijos y nietos e íbamos a Chascomús a pasar el día. Fueron tiempos muy lindos, donde todos los primos jugábamos y ¡¡¡éramos felices!!!.

Se dedicó con sus hijos a partir del 45 a los negocios inmobiliarios, loteando terrenos en la zona oeste y formando barrios, en Castelar, Ituzaingó y Libertad. También en la zona sur, realizó varios loteos en Quilmes.

Tuvo en Castelar una quinta muy hermosa que se llamó “Los Portones” justamente por dos grandes portones que tenía en su entrada. 

La quinta tenía varias manzanas y había un lugar muy especial que Don Vicente diseñó con sus propias manos: una enorme glorieta rodeada por un rosedal! El amaba sus rosas y le dedicó ése rosedal a su amada esposa, la “españolita” Catalina Terraza, mi abuela. Me contaron que donde estaba la quinta de “Los Portones” hay desde hace muchos años un barrio que se llama “Los Portones”, quizá nadie sepa porqué!

También en Amstrong , Santa Fé ,puso en marcha su creatividad al inventar una desfibradora de lino, junto a su amigo el Ing. Chiappa.

Cuando vende la empresa Autobús, se muda de Villa  Devoto a Barrancas de Belgrano, donde vive hasta su muerte, el 11 de mayo de 1951.Descansa en la bóveda que hizo construir en Chacarita a una cuadra de la de Gardel.

Tuvo 23 nietos, 40 bisnietos y en febrero de 2011 nació su último tataranieto, llamado Santiago Valentín  Varchasky.

Quiero agregar unas palabras: junto a mi hermana, desde el año 45 hasta su fallecimiento en 1951, vivimos en el mismo piso que él, en Belgrano. Eramos muy chicas, pero recuerdo su figura alta, delgada y elegante. Impecable en su vestir. Siempre de traje y con chaleco, donde guardaba un hermoso reloj de oro con cadena. Cabello y bigote blanco, le daban un aspecto muy especial. Nunca perdió su acento calabrés, pero era argentino de puro amor a nuestra tierra y sobre todo agradecimiento porque Argentina le permitió realizar “sus sueños”. Yo reconozco en él la  personalidad de un verdadero patriarca .

Lo recuerdo sentado en el living de Belgrano, y aún hoy siento admiración por su temple de hombre honesto e inteligente. Siento su ternura y una infinita comprensión que emanaba de él hacia todo y todos!

Si tuviera que describirlo, yo diría que Vicente Fittipaldi fue un hombre adelantado a su tiempo, un visionario, y que en sus ojos se veía un fuego de pasión por todo lo nuevo y moderno!!!

¡¡¡Gracias Abuelo!!!   

¡¡¡Gracias Don Vicente Fittipaldi!!!.

 Diana Napolitano Fittipaldi

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